Durante más de dos décadas, he dedicado mi vida a facilitar y enseñar cómo liderar sesiones de innovación y resolución creativa de problemas en equipo.
Uno de los desafíos más persistentes a los que siempre nos hemos enfrentado, ha sido romper las inercias psicológicas e intelectuales de los clientes o «dueños del problema», incentivándoles a estar genuinamente abiertos a nuevas perspectivas, a atreverse a explorar opciones más disruptivas y, finalmente, a descubrir soluciones que de otro modo permanecerían ocultas.
La verdadera innovación, es decir, la creación de novedades aplicadas que agregan valor y diferenciación requiere una búsqueda inicial de lo nuevo, seguida de la viabilidad. No al contrario, ya que ese enfoque simplemente no funciona. Es posible construir viabilidad a partir de conceptos nuevos y radicales, pero no se puede generar novedad a partir de ideas que de primeras encajan perfectamente en nuestros marcos operativos existentes.
Ya decía Einstein que «Si una idea nueva no parece absurda de primeras, no hay ninguna esperanza para ella». Es tremendamente difícil encontrar soluciones dentro de los mismos marcos conceptuales que originaron los problemas. Se necesita un verdadero pensamiento divergente, lo que comúnmente llamamos «pensar fuera de la caja».
Una estrategia que muchos hemos empleado para superar estas barreras es invitar a las sesiones a personas completamente ajenas al problema o desafío en cuestión. Gente disruptiva por naturaleza, que a menudo proporcionan pistas inesperadas que, dentro de un proceso adecuado, conducen a los anhelados «avances»
Hasta que descubrimos que existen personas que son realmente divergentes por naturaleza. Son las personas con discapacidad intelectual.
Estas personas tienen una forma diferente de ver el mundo, carecen de esas inercias intelectuales que nos limitan en las primeras fases de la invención, y se expresan sin filtros, y además normalmente con una carga emotiva superior. Podemos decir que, para estas fases iniciales en los procesos de innovación, realmente están sobre-capacitados.
Con esta idea en mente, decidimos poner a prueba el concepto de manera empírica.
Para ellos hemos contado con la inestimable ayuda de Esment, una fundación que, desde hace casi 60 años, ayuda a las personas con discapacidad intelectual, (o personas con necesidad de apoyo, como les gusta que les llamemos) para aplicar los procesos creativos colaborativos (principalmente de Synectics), en equipos donde incorporamos a personas con discapacidad intelectual. Además, tenemos el privilegio de contar con sus instalaciones de Casa Esment en Mallorca, un sitio mágico y único para dejar volar la imaginación… y aterrizarla después.
Las pruebas reales, con clientes reales enfrentándose a problemas para los cuales no habían encontrado solución por medios tradicionales, han sido extraordinarias. No sólo se superaron nuestras expectativas y objetivos, sino que también surgieron beneficios inesperados, al menos para mí.
Nos hemos dado cuenta de que, con una preparación adecuada, tanto del «dueño del problema», como de las personas con necesidad de apoyo, y también del facilitador que debe adaptarse al caso, en sesiones de tan sólo media jornada, podemos encontrar soluciones disruptivas a problemas complejos, en las que estas personas «divergentes» son clave para abrirnos la mente, y también para crear un ambiente mucho ¡más creativo!
Los beneficios se disparan para todos:
El dueño del problema se va con una solución nueva a su reto, cumpliendo además con sus objetivos sociales de integración.
Las personas con discapacidad se integran en actividades de alto valor añadido de las organizaciones, como son sus procesos de innovación. Aportan nuevas perspectivas, se sienten útiles, fortalecen su autoestima… y por supuesto, generan nuevas fuentes de ingresos.
Todos los participantes disfrutan de una experiencia transformadora, derribando mitos y prejuicios, apreciando el valor práctico de la diversidad y la inclusión real. El aprendizaje humano es sencillamente brutal.
Divergente es ante todo Diver-Gentes. Es diversidad e inclusión en su máxima expresión. Es la contribución de divergencia a las organizaciones de todo tipo, es descubrimiento … y además es ¡super divertido!!!!
Estamos estableciendo acuerdos con todas las organizaciones (fundaciones, asociaciones, institutos, etc.) que trabajan con personas con discapacidad intelectual y ofrecemos este servicio a todas las empresas y entidades que buscan soluciones radicales a sus desafíos, apoyándoles también en alcanzar sus objetivos de diversidad e inclusión.
Si te identificas con esta causa, no dudes en contactar con Utopya Innovation for Good o conmigo directamente: borja.baturone@utopyainnovation.com , https://www.linkedin.com/in/borjabaturone/
Borja Baturone